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sábado, 20 de noviembre de 2010

MAZAGÓN NO QUIERE MÁS EXPANSIÓN INDUSTRIAL

AMPLIO RECHAZO DE NUESTROS CIUDADANOS AL PROYECTO QUE EL GRUPO VILLAR-MIR PRETENDE INSTALAR A POCOS METROS DE MAZAGÓN

Al pueblo de Mazagón, en general y, por consiguiente, a esta asociación, en particular, que vivimos de nuestra playa y, por qué no decirlo, también de la actividad de muchas empresas del Polo Químico de Huelva, le resulta chocante e inquietante que no haya más sitio en este país para ubicar nuevas industrias que estos lugares colindantes a una de las mayores reservas naturales de España.
Nos referimos concretamente al proyecto de más tanques de gas y más chimeneas que producirán electricidad, que este conocido grupo industrial quiere colarnos a pocos metros de nuestro núcleo urbano. Es como si existiera "patente de corso" para hacer todo en este lugar en que vivimos. Como si se aceptara que, como aquí cerca están todos los humos y todas las industrias, no hay inconvenientes para que hayan más. Lo que se convierte en una "condena" de por vida para los ciudadanos que, por circunstancias del destino, habitan en estos lugares y se transforma en una grave hipoteca para las nuevas generaciones, puesto que se les priva de diseñar su propio futuro libre de humos, junto con el derecho de elegir la configuración del entorno en que viven.



Plano de ubicación del proyecto

Huelva y sus pueblos periféricos están pagando ya un importante tributo a nuestro país durante muchos años, soportando un paisaje industrial que ha condicionado toda nuestra vida. Es cierto que la instalación de estas industrias ha traido una relativa riqueza, faltaría más; pero el coste humano y los daños colaterales que estamos sufriendo durante décadas de contaminación de cualquier tipo, hacen del todo urgente que se revise esta dinámica local productiva.
Por múltiples razones, sería una auténtica locura instalar otra central de ciclo combinado a pocos metros de una de las playas más bonitas de Andalucía, todavía más conociendo la certeza de que sería la tercera en pocos kilómetros a la redonda y una tomadura de pelo a los ciudadanos y a la justicia de este país, sabiendo que se saltarían a la tolera disposiciones, leyes y demás, todas vigentes y de obligado cumplimiento.
Conocedores que la intención política puede con todo, incluso con la legalidad, nuestros políticos aquí y ahora deberían reflexionar y pensar que no se puede condenar a una región, a una comunidad de personas y a varias generaciones en el futuro, a seguir portando un lastre que ya de por sí nos hemos ganado a través del tiempo nuestro derecho a desprendernos de él.